He escuchado y leído muchas opiniones y felicitaciones diversa en torno al I Congreso Provincial de Valencia de JSPV, y aunque me prometí que no diría nada más en este blog después de una de las traiciones más grandes que he vivido en esta Organización, la verdad es que no puedo evitarlo.
No quiero hacer una crónica de los acontecimientos porque para eso esta el blog de mi amiga Mar, que tanto me gusta y que con tan buen criterio desgrana la política y la manera de hacer política que últimamente vivimos, solo quiero dar mi visión, personal y tal vez un poco sentimental, de este sábado.
Lo primero es decir que estoy satisfecha y orgullosa. Satisfecha porque las cosas aunque no salieron como esperábamos una semana antes del congreso, salieron mejor de lo que podíamos imagina unas 24 horas antes, en casa de una amigo, volviéndonos locos pero sin que faltara la sonrisa.
Satisfecha porque una persona como Carmelina Pla tuviera la valentía de llegar hasta el final en un Congreso donde las amenazas y las presiones previas fueron la nota dominante.
Orgullosa porque Carmelina dijo lo que muchos pensábamos, en un discurso que era suyo, y que no emocionó a todas y todos.
Orgullosa por la fuerza de las y los delegados que estaban en ese barco y que no perdieron la ilusión y la emoción en ningún momento, aunque el cansancio después de tantas horas fuese más que palpable.
Satisfecha por ver un plenario en pie aplaudiendo al compañero Raimon Calabuig después de una retirada necesaria desde su punto de vista personal.
Satisfecha por volver a verlo en pie cada vez que se nombraba al compañero Samuel Falomir, Secretario General de la Provincia de Castellón, por todo lo que esos aplausos tenían de fondo y que todas y todos los que estebamos allí conocíamos perfectamente.
Orgullosa de nuestro patillas, de nuestro hombre de hierro con corazón de "patito" cuando hace falta, si alguien pudiera estar dentro de mi para sentir lo que sentí al verlo subir a ese escenario, entendería mucho mejor qué es lo que aún me aferra a este partido y a estas juventudes, que yo me creo todavía.
Orgullosisima de Alex y Sandra con sus risas y sus cabreos y de nuevo risas, con su manera de ver las cosas y su inquebrantable unidad, pero también del resto de la delegación que se que ha vivido su primer congreso con una sensación agridulce, que es lo que casi siempre pasa, y me duele por ellos tanto como me dolió la primera vez que fui a un Congreso con la misma sensación. Lo bueno es que se que eso se supera y las energías aumentan siempre.
Pero también puede que este un poco cabreada, solo puede, porque las cosas cada vez me afectan menos, gracias a Dios, pero me siguen afectando.
Cabreada por las mentiras de siempre que ya dan mucha risa, por el interés de quitarle el protagonismo a los verdaderos protagonistas, por las caras de reconciliación de algunos que ya no saben como explicar lo traidores que son. Y sobre todo porque no es aceptable que se haga un discurso de clausura que intente echar leña al fuego de una Organización que casi todos los días sufre una combustión espontánea. Me pareció irresponsable, lamentable, prepotente y un reto sin sentido que si hay que aceptar se aceptará.
Creo que hizo falta cerrar de verdad y no en falso, hizo falta reconocer que ese 90 y pico por cien se debía a que tras una larga negociación se llegaba a un acuerdo, e hizo falta reconocer el papel de una mujer valiente como Carmelina. Pero no paso, como muchas cosas que no pasan y siempre se cierran en falso.
La verdad es que como no todas y todos tenemos la oportunidad de agradecer a nuestros amigos del alma las cosas desde un atril, he querido hacerlo aquí. Gracias a los que me quieren y a los que me odian porque de todos yo saco algo positivo.
Como decía estoy contenta en general porque he vuelto a aprender de muchas personas y eso es para mí siempre un honor en los tiempos que corren
Por último dar la enhorabuena a la nueva Comisión Ejecutiva Provincial de Valencia
lunes, 30 de noviembre de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
La palabra

Yo ya no quiero decir nada
Decir que No
Ya lo sabemos
es difícil decir que no
decir no quiero
ver que el dinero forma un cerco alrededor
de tu esperanza
sentir que otros los peores
entran a saco por tu sueño
ya lo sabemos
es difícil decir que no
decir no quiero
no obstante
cómo desalienta
verte bajar tu esperanza
saberte lejos de ti mismo
oírte primero despacito
decir que sí
decir sí quiero
comunicarlo luego al mundo
con un orgullo enajenado
y ver que un día
pobre diablo
ya para siempre pordiosero
poquito a poco
abres la mano
y nunca más
puedes cerrarla.
Mario Benedetti
lunes, 5 de enero de 2009
Gaza en la conciencia

Y juro:
Que he de hacer un pañuelo de pestañas,
donde grabar poemas a tus ojos,
y escribir una frase
más dulce que la miel y que los besos:
“!Que Palestina era… Y sigue siendo!”
Palestina de ojos y tatuajes.
Palestina de nombre.
Palestina de sueños y de penas.
Palestina de pies, de cuerpo y de pañuelo.
Palestina en palabras y en silencio.
Palestina de voz.
Palestina de muerte y nacimiento.
Te llevé, como fuego de mis versos,
En mis viejas carpetas.
Te llevé de alimento en mis viajes.
Y te llamé gritando por los valles.
“Enamorado de Palestina”, de Mahmud Darwish

Cuando un día sea asesinado,
hallará el asesino en mi bolsillo
unos billetes de viaje:
uno para ir a la paz,
uno para ir a los campos y a la lluvia
y otro, para ir a la conciencia de la humanidad.
-Te ruego que no desprecies los billetes,
querido asesino mío,
te ruego que viajes...
hallará el asesino en mi bolsillo
unos billetes de viaje:
uno para ir a la paz,
uno para ir a los campos y a la lluvia
y otro, para ir a la conciencia de la humanidad.
-Te ruego que no desprecies los billetes,
querido asesino mío,
te ruego que viajes...
“Billetes de viaje”, de Samih al-Qásim.
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